21 de enero de 2015

CÓRDOBA-DIFUSIÓN.

18/01/2015 - HISTORIAS DE VIDA
Son cubanos, fueron parte de la Revolución y ahora confían en la apertura de su país 
“Confiamos en Raúl (Castro), pero los cambios deben ser poquito a poco”, dicen Blasita Ríos Diegues y Saúl Abreu Colina, dos militantes de la Revolución Cubana que por estos días vacacionan en Calamuchita 

La cita fue en una reconocida confitería de Villa General Belgrano. El lugar es amplio, cómodo para conversar, donde se toma buena cerveza y el plus lo aporta Jorge Volfart, interpretando melodías en el piano vertical que siempre suena afinado. 

Allí está Saúl Abreu Colina junto a Blasita Ríos Diegues (su padre le impuso ese nombre porque nació el día de San Blas) esperándonos a la hora señalada en la vereda. No nos conocíamos, pero sabíamos que hablaríamos de Cuba, de la Revolución, del Che, de Fidel, de Batista y también de los últimos sucesos que han sacudido al mundo desde que Raúl Castro y Barack Obama anunciaron simultáneamente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. 

Saúl Abreu Colina se plegó a la Revolución Cubana cuando Fidel hizo el histórico llamamiento en 1956, desde su exilio en México antes de emprender la marcha en el Yate Granma hacia la Isla: “Seremos libres o seremos mártires”, lanzó Fidel. 

“Yo tenía 16 años -dice Saúl- y como cientos de jóvenes creíamos en la Revolución. Éramos muy jóvenes y una gran parte de la juventud ya estaba en contra de la dictadura de Batista. Por la situación que había, por los abusos, por las muertes, por el autoritarismo. En ese tiempo, en el año 1956, pertenecíamos a la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad que era la juventud de los masones. 

Una gran parte de esos jóvenes éramos revolucionarios, simpatizábamos con la revolución. Estábamos allí aprovechando el espacio porque la logia era algo secreto, cerrado, algo oculto donde pocos podían entrar. La utilizábamos para atrincherarnos, para organizarnos. Incluso para guardar el material de prensa, nuestros elementos de propaganda, los explosivos, las bombas molotov”. 

-¿Cómo se precipitaron los hechos?
-Recuerdo que la lucha revolucionaria comienza el 26 de julio de 1953 con al asalto al Cuartel Moncada que fracasa y Fidel es tomado preso. En la cárcel él encarna su propia defensa y es famoso su alegato final donde señala que “La historia me absolverá”. Pasaría varios años en cárcel, pero la presión popular hace que Batista habilite una amnistía y los libere exiliándose en México; desde donde comenzó a organizar la revolución. Allí es donde conoce al Che, ahí se lo presentan e inmediatamente lo aceptó y lo sumó. Y Blasita Ríos 

Diegues agrega: “El Che venía de Guatemala. Estaba casado con Ilda Gadea, una peruana, economista miembro del Comité Ejecutivo del APRA (Partido de centroizquierda y miembro de la Internacional Socialista, la Alianza Popular Revolucionaria Americana) con quien tuvo una hija, Hilda Beatriz que murió muy joven, de 38 años. 

El Che se incorpora a los expedicionarios que llegarán en el Yate Granma a Cuba para liberarla”. 

Y continúa Saúl Abreu Colina: “Allí sucede algo importante: el 2 de diciembre de 1956 se produce el desembarco del Granma que había partido el 25 de noviembre de 1956 desde el río Tuxpan en México. 

Iban a bordo 82 revolucionarios y el desembarco se produce en un lugar muy malo, un pantano donde son descubiertos inmediatamente por la marina de guerra de Batista y allí se traban en el primer combate. 

Estaban muy cansados, muy hambrientos. Llevaban varios días en el mar. En ese momento comienzan a hostigarlos. Reinaba la confusión”.

Luego, señala emocionado: “El Che llevaba su mochila de médico de primeros auxilios y al lado había una caja de municiones. Él deja su mochila y opta por coger la caja de municiones convirtiéndose en un combatiente más”. Les llevaría tres años de lucha derrotar a Batista. 

-Cuéntenme del Che. 
-Al primero que Fidel le da el grado de comandante es al Che, ni a Raúl, ni a Camilo ni a Almeida, ni a Valdez; al Che. Atenta, Blasita Ríos Diegues agrega: “El Che era maravilloso. Fue presidente del Banco Nacional de Cuba, fue ministro de Industria, estuvo en el Congo y lamentablemente fue a Bolivia a morir. Tenía una personalidad muy definida. No le gustaba que tuvieran con él privilegios. 

Era el primer comandante luego de Fidel Castro en la Sierra Maestra”. “Era un hombre muy inteligente”, aporta Saúl Abreu Colina. “Vivía cerca de casa. Pasaba todas las mañanas con el auto del Ministerio con la ventanilla baja, saludando al pueblo”, agregan.: 

“Fue el hombre clave en la Revolución. El combate de Santa Clara fue el 31 de diciembre de 1958 y fue clave para la revolución. El golpe más duro previo a la caída de Batista fue la toma de Santa Clara por el Che”. ”Murió flaquito. 

En las fotos se le ve tan flaquito”, se emociona Blasita. -Y finalmente Fidel llega a La Habana en la marcha de la victoria, que recorrió el país de punta a punta. -Así es. Batista huye el 1° de enero de 1959 y Fidel entra en La Habana el 8 de enero, dando comienzo al gobierno revolucionario. 

Yo ingreso al Ministerio de Salud y luego en el año 1960, cuando ya se sabía de todas las agresiones de Estados Unidos, hay un llamamiento de Fidel ante una posible invasión a los jóvenes milicianos hasta veinte años para prepararse en los nuevos armamentos, en fusiles, en medios antiaéreos, en artillería, tanquistas, y yo me incorporo. 

Era por veinte días y estuve 32 años y participé de todas las misiones militares dentro y fuera de la isla. Blasita Ríos Diegues relata la parte de la historia que la tiene como protagonista: 

“Yo me incorporo por la Federación de Mujeres Cubanas, realizando un trabajo juvenil a los planes de estudio, en la reforma educativa, en el trabajo comunitario. Todavía estoy militando, ya me he jubilado, pero sigo trabajando en los Núcleos Zonales donde puede haber hasta 50 militantes y ahí se hace una labor política e ideológica, haciendo mucho hincapié en las nuevas generaciones”. Pasado y presente 

-¿Se sienten satisfechos con los resultados de la Revolución? 
-Ha sido muy duro siempre y se han cometido también muchos errores. Pero el resultado es positivo. Desde la reforma agraria, la reforma educativa, la educación gratuita. La reforma en la salud. La seguridad social. Los índices de desarrollo humano. 

Todo eso ha sido muy positivo, se cumplió tal cual lo había dicho Fidel desde un principio, dice Saúl Abreu Colina.

-¿Cómo recibieron la noticia del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos? 
-Muy positivo. Nos genera gran expectativa -coinciden-. Confiamos en la Dirección General del País. 

Sabemos que Raúl no va a perjudicar a Cuba, pero sabemos que Estados Unidos es el enemigo”, dice Blasita Ríos Diegues. 

“Pero hay que abrir la puerta despacito, de a poco, como dicen ustedes”, finaliza Saúl Abreu Colina. 
Sergio Favot / PUNTAL Río Cuarto
Envío:AexPPCdba.

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